El nacimiento de nuestro hijo Daniel con Síndrome de Down,
nos cambió la vida de muchas formas como deben imaginarse, pero el cambio más
notorio ha sido nuestra perspectiva sobre la discapacidad.
Mi hija de 10 años no solo colabora con las terapias de su
hermanito, se derrite con otros niños con Síndrome de Down y se ha vuelto una
chica más sensible ante las personas con discapacidad y dice que quiere ser
terapeuta cuando sea grande.
Mi esposo, que es chiquillero y siempre
ha sido un sensible a las necesidades de los demás, ahora cada vez
que escucha sobre un caso o un síndrome extraño, de esos que no sabemos
pronunciar, recurre a la Internet para entender más sobre
síntomas, causas, tratamientos, etc, de ese niño (a) porque ya no somos indiferentes.
Hemos desarrollado empatía ante el sufrimiento y las alegrías de otros
padres, y sus hijos especiales.
Hemos descartado cualquier prejuicio o temor que pudimos
tener en el pasado al ver a una persona diferente.
Ahora vamos más allá, vemos
la historia que los precede, y muchas veces entiendes que algunos padres han sufrido más que tú.
Nos reconocemos entre todos porque al ver a otra madre o
padre de un niño con una discapacidad, uno reconoce el esfuerzo, las horas de insomnio,
los sacrificios económicos, profesionales, las lágrimas, las angustias y por
supuesto cada gran logro y el orgullo inmenso que sentimos por ellos.
Cuando te atreves a dar el paso y haces pública la condición
de tu hijo, te das cuenta que no estás solo en esto, que existen millones de
familias en el mundo que atraviesan por algo similar y están dispuestos a apoyarte.
Desde que empecé a escribir este blog, y a involucrarme con
padres y madres de lo que yo llamo la “Comunidad Internacional del Síndrome de
Down”, he conocido a por lo menos 600 personas diseminadas
por todo el mundo con un mismo fin, informar y educar sobre el S.D, y trabajar
por la inclusión de nuestros hijos.
Te enteras por redes sociales de muchas situaciones, que te afectan, alegran o duelen como si le ocurrieran a tú hijo, por lo que de manera natural esta enorme red de apoyo virtual, se ha dedicado a reenviar información y publicarla con la intensión de ayudarnos unos a otros, por ejemplo;
- Luchando por esclarecer la violación de Lucía en Argentina.
- Cuando Alejandra rescató y adoptó a Clemente un adulto con SD quien fue abandonado en un hospital.
- Difundiendo información para recoger fondos para la cirugía cardiaca de Sara de Panamá.
- Celebrando los triunfos de Jessica de Costa Rica en el campeonato internacional de Cheerleadears,
- …en una cadena de oración mundial por la recuperación de Camila en CR, o de Sebastián en USA
- …o apoyando la madre de Zoe cuando ésta falleció…. O aplaudiendo cuando orinó solito por primera vez Santiago, en Chile.
Nosotros nos hemos sentido emocionalmente involucrados en
cada proceso, así como también experimentamos un apoyo increíble cuando nuestro Dani
tuvo su cirugía de Paladar Hendido.
Mis nuevos contactos en Facebook tenemos en común un
hijo (a) con Síndrome de Down.
Recibo actualizaciones de fundaciones y
particulares de Brasil, Colombia, Panamá, Costa Rica, México, Estados Unidos,
Reino Unido, Rusia, España, Ucrania… todos los días. Así como este blog recibe visitas de países como Guatemala, Croacia, Francia, Perú, etc. Lo más curioso es que el
idioma no es una barrera comunicacional, nos las ingeniamos para chatear, poner
comentarios, intercambiar información o fotos.
Nunca más me he sentido sola.
Además está el apoyo de primera mano, ese que viene de la
madre o padre del compañerito de escuela de tu hijo (a), intercambiar
información de salud, tratamientos, terapias, terapeutas, escuelas,
asociaciones, doctores, etc … es obligatorio, al igual que compartir inquietudes
por sus progresos o padecimientos.
En la escuela especial donde asiste Dani, reciben a niños con discapacidades de todo tipo, están separados por grupos por edades o por tipos de discapacidad.
Dani está en el grupo de Retardo mental, no me agrada el
nombre, pero en efecto hay niños (as) que tienen retardo mental o motor y no
necesariamente es por una razón genética, se trata de niños afectados in vitro
por drogas, algunos por desnutrición, otros por problemas en el nacimiento, o
por alguna otra condición genética la lista es infinita.
Cuando sabes que tu hijo, debido al Síndrome de Down es
propenso a sufrir de leucemia, Alzheimer, problemas de inmuno deficiencias
renales, cálculos, problemas auditivos, digestivos, de la piel o motores… créanme
que nunca vuelves a ver a otros seres con discapacidades o enfermedades de la misma
forma.
Es imposible no solidarizarse con la madre que lleva a su
hijo con parálisis cerebral a la escuela en silla de ruedas, al ver a un niño
(a) con una deformidad facial, cuando conoces un sordo mudo, o a alguien con
ceguera.
Es imposible no echar de lado la discapacidad y ver al ser humano que te está sonriendo detrás de ese rostro diferente.
El Síndrome de Apert por ejemplo causa deformaciones
craneales y les da unas características que pueden llegar a parecerte impresionarte, porque estamos mal acostumbrados a lo “normal”. Pero cuando ves con los ojos
del corazón, ves el alma de esa criatura, no verás si luce bien o mal, simplemente verás a un ser humano. Como debe ser.
Lo ves a través de los ojos del amor, ese amor que has aprendido gracias a que tienes un hijo (a) especial.
La gente común, la mayoría, no toma conciencia de que no están exentos de tener una discapacidad o de tener una descendencia con una
condición congénita, este fuese un mundo más agradable si pudieran abrir su
corazón y su mente para apoyar a los que padezcan enfermedades o síndromes que
no comprenden, por eso es tu deber como ser evolucionado, informarte y colaborar.
Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo, es cierto, pero créeme que al tener a un hijo con una discapacidad, tu corazón y tus ojos se fijarán además en aquellos a los que antes no mirabas.
Yo siempre me creí una persona sensible ante estos temas,
creí que estaba muy involucrada, pensé que aportaba a la inclusión, pero no era
así, ahora si les puedo sentir que mi vida tiene un propósito más allá de criar
a mi hijo, deseo que otros también logren salir adelante y sean integrados a la
sociedad como iguales que son.
En este mundo del S. D, te das cuenta de que no todos son afortunados
como tú, algunos no tienen acceso a terapias, o escuelas especiales porque en
su país o zona no se los facilitan, ya que esta minoría no representa en algunos países una población en la que valga la
pena invertir recursos. Y es por eso que algunos padres tienen un único medio para
hacerles terapias a sus hijos y es mediante el Internet.
Te invito a que tú te involucres, compartas, crees tu propio blog, divulgues información, pidas ayuda si la necesitas.
Como sociedad estamos para apoyarnos, no dudes en escribirnos, no titubees en poner tú granito de arena y ayudar tú también a otros.
Recuerda que toda vida es valiosa
y que todo niño es especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si desea hacer una consulta, comentario o sugerir algún tema escríbanos aquí.